5 BENEFICIOS DE LA HIDROTERAPIA EN PERSONAS CON SÍNDROME DOWN

 

También conocida como terapia de acuática, la hidroterapia es una técnica que se utiliza mucho. Se trata de una variante de la fisioterapia y la biomecánica, que ofrece innumerables ventajas a distintas patologías mediante el uso del agua. Consiste en una serie de tratamientos que, realizados en el medio acuático, aporta una infinidad de beneficios a la persona que la ejecuta. Cabe resaltar que se realiza de una forma totalmente personalizada, en función de las necesidades de cada uno.

En el caso de las personas con síndrome Down es recomendable iniciarla desde la primera infancia, cuando los niños son pequeños y aún no saben nadar. Entre los valores más importantes que se puede trabajar con los menores destacan la autonomía y la independencia, y este método puede contribuir notablemente a ello.

A continuación, enumeramos una serie de beneficios de la hidroterapia en personas con síndrome de Down:

1.Todo será un juego: en este caso, los menores aprenden y realizan sus ejercicios de una forma lúdica, ya que suelen acompañarse con pelotas y flotadores. Para ellos supondrá un momento divertido y de desconexión.

2.Al realizarse en el agua, los movimientos son mucho más suaves y suponen un menor esfuerzo en comparación con otras actividades. Le ayudará a reafirmar su musculación sin riesgo de lesiones.

3.Otro de los beneficios de la hidroterapia es la ingravidez que proporciona. Esta permite disminuir la carga soportada en las articulaciones y los movimientos serán más abiertos. Ejercicios tan sencillos como flotar, o estiramientos y movimientos corporales tanto del tronco como de las extremidades, contribuirán a la libertad de movimiento sin un alto impacto. Además, ayudarán a la relajación del niño y a que conozca su esquema corporal.

  1. La temperatura de la piscina produce cambios que influyen en la regulación del sistema respiratorio, digestivo, circulatorio, cardíaco y renal. A esto se suma que la percepción del dolor disminuye, ya que en estas situaciones los receptores de dolor están menos sensibles.

5.La autonomía conseguida en el medio acuático es mayor a la que se consigue en el medio terrestre. Muchos niños aprenden a “caminar” antes en el agua que en el suelo, ya que el riesgo a caerse disminuye considerablemente y aumenta en gran medida su confianza y seguridad.

Con todos estos beneficios, es evidente que la terapia acuática puede mejorar de una forma significativa la calidad de vida, así como las funciones motoras y cognitivas en la persona que las realiza, siempre y cuando estén vigiladas y apoyadas por un profesional. Indiscutiblemente debe ir acompañada de constancia y regularidad a la hora de ejecutarla, ya que los resultados se verán de forma gradual y paulatina.

Para finalizar, resaltar que esta es un complemento del proceso fisioterapéutico, por lo que, además de ella, hay un sinfín de técnicas que ayudan a alcanzar una mejor eficacia del tratamiento en cuestión.