BENEFICIOS DE LA EQUINOTERAPIA
Con frecuencia se habla de los múltiples beneficios que tiene el contacto de los niños con los animales. Muchos son los padres que, desde que sus hijos son pequeños, se animan a favorecer este vínculo con la finalidad de inculcarles valores relacionados con el respeto a la naturaleza y a la vida de estos seres.
En el caso de los menores con síndrome de Down, la importancia esta relación niño-animal se ve incrementada debido a sus fines terapéuticos. Entre ellos, podemos hablar de los programas de psicoeducación asistida como la equinoterapia. La también conocida como hipoterapia, consiste en un tratamiento físico y mental complementarios cuyo elemento principal es el caballo.
Esta actividad abarca ventajas relacionadas con cuatro áreas disciplinarias diferentes: medicina, psicología, pedagogía y deporte aprovechando la interacción entre el rocín, el terapista y el crío.
Como curiosidad, mencionar que la equitación terapéutica no se trata de una moda actual, ya que desde la Grecia Clásica se aconsejaba montar como método para prevenir y curar diversas dolencias del cuerpo y mente.
Desde La Asociación Síndrome de Down de Málaga os planteamos cinco beneficios de la equinoterapia:
1. Estimula los músculos y articulaciones: debido al movimiento del animal, se produce una serie de vibraciones que son transmitidos a la médula del jinete, por lo que el cerebro recibe los mismos estímulos que si estuviera caminando.
2. El tratamiento anima a los participantes a entender y responder a sus propias sensaciones, como estirarse, relajarse y ganar destreza en la coordinación y en el equilibrio.
3. Promueve las habilidades sociales y comunicativas, enseñándoles a relacionarse con los demás compañeros y con el propio caballo, a la misma vez que estimulan la memoria y generan autoconfianza en el niño.
4. Mejora la atención y la concentración del menor, cualidades esenciales que cualquier persona debe tener para hacer frente a las tareas del día a día.
5. Fomenta el respeto, la responsabilidad y el amor hacia los animales. El pequeño verá al caballo como su aliado y, a medida que vaya pasando el tiempo, este vínculo se hará cada vez más fuerte.
Es inevitable mencionar que, para conseguir resultados positivos hace falta una buena predisposición del niño, así como la regularidad de los ejercicios. Más que como una sesión rutinaria debe verse como un regalo con el que disfrutar al aire libre. Como es evidente, la hipoterapia es un método complementario y debe ir siempre acompañado por otros tratamientos y una continua supervisión.
Y tú, ¿te animas a probarlo?
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