Cómo conciliar cuando se tiene un hijo con síndrome de Down
Lo principal es informarse y pedir a profesionales orientación para comprender las conductas que puede tener el joven y responder de la manera más adecuada ante sus necesidades, manteniendo a la vez la autonomía y la conciliación de la vida profesional y familiar.
Todas las familias que conviven con una persona con síndrome de Down necesitan un período de adaptación y de apoyo para saber cómo comportarse ante determinadas situaciones. ¿Cómo voy a compatibilizar su cuidado con el trabajo? ¿sabrán mis amigos actuar de manera adecuada con él? Son algunas de las preguntas que pasan por la cabeza de los padres los primeros días. Tener un hijo siempre supone un cambio y no es nada fácil al principio. Por eso, la primera etapa tiene que basarse en conocer cómo hay que sociabilizar con el niño y, para ello, es necesario orientarse, pedir ayuda y tener claras las técnicas prácticas a llevar a cabo.
A veces, resulta complicado conciliar la vida profesional con la personal. Ciertamente, en ocasiones, algún integrante de la familia tiene que abandonar su puesto de trabajo para dedicarse por completo al cuidado de los hijos. Pero, también, hay algunos padres que consiguen unos horarios más flexibles que les permiten compartir ambas tareas. La incorporación de los hijos dentro del sistema escolar, donde acuden también a actividades extraescolares como clases de música o de baile, supone un gran paso para las familias, ya que permite a los padres tener mayor disponibilidad de tiempo. Mientras el niño esté en el colegio, los padres podrán dedicarse al trabajo y al ocio. Este es uno de los primeros pasos hacia la integración social de los menores, que influirá en una mayor independencia.
En cuanto a la sociabilización con amigos de los padres, los jóvenes suelen ser personas muy abiertas a las que les encanta relacionarse y conocer gente dentro de su ámbito familiar, por lo que no tienen problemas para crear nuevos vínculos con las mismas personas que sus progenitores.
Con respecto a las tareas del hogar, se les tiene que enseñar desde temprana edad lo importante que es participar y ayudar en casa. Se pueden utilizar juegos y diferentes herramientas para que los hijos sientan la necesidad de aportar su granito de arena y no opongan resistencia a participar en las tareas domésticas. Es importante darles competencias a los muchachos y permitirles que se desarrollen en casa y se hagan más autónomos con el paso del tiempo.
La organización y la búsqueda de soluciones dentro del ámbito familiar en cuanto a conciliar trabajo y familia son ejercicios cruciales. Es muy importante que los padres estén bien asesorados, sean pacientes y estén organizados, entonces conseguirán que los cambios sean para mejor. De esto depende el futuro de los hijos. Si les damos las competencias adecuadas a los niños, ellos mismos van a pedir pasar tiempo fuera de casa, van a querer asistir a instalaciones educativas y recreativas y esto va a suponer que los padres puedan conciliar el cuidado de sus hijos con el trabajo y las relaciones personales.
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