DEPRESIÓN EN PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN. CÓMO LES AFECTA Y CÓMO TRATARLA.

 

El pasado miércoles 13 de enero se celebraba el día mundial contra la depresión, un trastorno psicológico que afecta a más de dos millones de personas en nuestro país. Esta considerada la primera causa mundial de discapacidad, incidiendo notablemente en las tasas de mortalidad y morbilidad, y, aunque está extendida por todos los rangos de edad, tiene un impacto muy significativo en hombres adolescentes y de tercera edad.

A pesar de que la composición genética influye considerablemente en el desarrollo de esta enfermedad, concretamente en el funcionamiento de los neurotransmisores cerebrales, son múltiples las causas que la originan:

  • Antecedentes familiares
  • Enfermedades preexistentes que pueden provocar síntomas depresivos, como el hipotiroidismo.
  • Problemas personales: perdida del puesto de trabajo o de un ser querido, problemas económicos, así como presiones sociales (bullying, acoso…)
  • Exposición a situaciones estresantes y/o traumáticas.

Pese a que, en la mayor parte de los casos, este problema termina expresándose verbalmente, esto no suele ocurrir en las personas con síndrome de Down, llegando a pasar totalmente desapercibida y careciendo de un tratamiento adecuado.  Estos trastornos afectivos donde se incluyen la depresión endógena, depresión neurótica, psicótica, bipolar, primaria, secundaria… están fuertemente asociados a este grupo. Según estudios, hasta el 20% de las personas con síndrome de Down conviven con este trastorno en algún momento de sus vidas.

En la mayor parte de la población deprimida se manifiesta a través de la tristeza, apatía y aislamiento, pero esto no ocurre en las personas síndrome de Down. La presentan con una sintomatología diferente, destacando la pérdida de habilidades adquiridas, memoria y la pérdida de atención, entre otras. Como se ha mencionado con anterioridad, son muchos los casos que presentan síntomas somáticos, es decir, que provienen de enfermedades previas. Por ello, es conveniente acudir a un profesional que realice un diagnostico diferencial con problemas médicos.

La etapa de la pubertad es clave. Es en este periodo cuando muchos menores experimentan una crisis de identidad y empiezan a percibir su discapacidad, teniendo dificultades para aceptarla. Es importante trabajar para ayudar a que se acepten ellos mismos, informarles sobre el síndrome de Down y enseñarle a descubrir sus capacidades desde la infancia para evitar cuadros depresivos futuros en la adolescencia y primera juventud.

Como ocurre en la mayoría de las enfermedades, cuanto antes se diagnostique y se trate al paciente mejor será su pronostico a corto plazo. A continuación, os facilitamos una serie de estrategias para el tratamiento de la depresión en personas con síndrome de down:

  • Identificar el foco o los focos estresantes que puedan ser responsables. Este punto es fundamental, ya que conociendo de donde viene el problema se encontrarán soluciones para evitarlo o suprimirlo.
  • Ayuda de un profesional: una intervención psicológica unida a un asesoramiento y psicoterapia a tiempo supondrá un gran avance.
  • Mantener su mente entretenida: esto puede hacerse al promover la participación en actividades sociales y recreativas, así como realizando ejercicio físico.

A todo esto, se le suma, siempre bajo las recomendaciones sanitarias de un profesional, el uso de medicaciones si el paciente así lo requiere.

 

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