La importancia de observar y escuchar a los niños con síndrome de Down

Prestar atención a los más pequeños es una tarea fundamental, especialmente en los primeros años de vida, ya que nos permite conocer sus gustos y sus reacciones ante determinados estímulos.

“Hace unos meses, me di cuenta de cómo disfrutaba mi hijo comiendo helado. Desde ese día, y cada vez que está triste, le insisto para que hagamos uno casero y automáticamente lo veo sonreír”. Estas son las palabras de la madre de un niño con síndrome de Down, que ponen en evidencia la importancia de dedicar tiempo a los jóvenes desde una edad temprana. 

A pesar del estrés al que estamos sometidos los adultos diariamente es primordial poner en práctica las técnicas de observación y escucha activa y convertirlas en actividades principales de la vida cotidiana. ¿Cómo nos damos cuenta de lo que les gusta a los chicos? ¿es fácil distinguir las emociones? ¿realmente podemos ayudarles a mejorar sus vidas? La respuesta es muy sencilla: sí. Los padres que dedican tiempo a sus hijos consiguen que estos los vean como sus grandes apoyos y sus principales referentes convirtiéndose en sus pilares más importantes. Por eso, escucharlos, respetar sus gustos y emociones los motivará a confiar, a comprender sus sentimientos y sus opiniones y provocará los siguientes efectos notables:

  • Aumento de la autoestima. Los jóvenes tendrán una imagen más positiva de sí mismos si sienten que sus padres están pendientes y atentos a lo que hacen y dicen. Asimismo, las relaciones personales fluirán de manera más sencilla y aprenderán a socializar y a sentirse más seguros al hacerlo. 
  • Refuerzo de la aparición de conexiones fuertes e íntimas. La complicidad será mayor y, por tanto, los niños acudirán a los padres para pedirles ayuda cuando tengan algún problema.
  • Facilitación del desarrollo emocional. Aunque los chicos no se expresen con claridad ni con fluidez no hay que perder la paciencia, ya que hay que valorar el hecho de que intenten conectar con los demás y contar lo que sienten. Es primordial darle importancia al esfuerzo que realizan.
  • Conocimiento acerca de qué actividades son más adecuadas en cada momento. Cuando los niños comienzan a realizar algún tipo de actividad, ya sea dibujar, escuchar música o realizar deporte, es muy importante estar pendientes para ver si se ensimisman, si abandonan la actividad pronto, si esbozan alguna sonrisa, etc.  Así, comprenderemos a qué hora del día los niños están más activos o qué actividades son sus favoritas.

Para que estos beneficios se hagan realidad es fundamental que los padres presten la atención debida a sus hijos. En los tiempos actuales, los móviles y los aparatos electrónicos forman parte de nuestra vida cotidiana, por eso, tenemos que evitar usarlos mientras estamos junto a los niños. Si un chico está contando algo y ve cómo su padre o su madre no le hace caso porque se dedica a mirar la pantalla, automáticamente, el niño se sentirá mal y estará triste porque considerará que no es lo suficientemente importante. Siempre hay que recordar que los whatsApps o los comentarios de Facebook van a permanecer ahí hasta que los leamos y no van a desaparecer, pero sí podemos perder la oportunidad de compartir momentos irrecuperables con los hijos. De igual manera, no se les debe interrumpir cuando están contando algo o realizando alguna actividad de su agrado, hay que dejarlos que se sientan relajados. Sólo así crearemos relaciones cercanas y de confianza mutua.