El uso de las TICs en la sociedad ha influido en gran medida en la manera en la que nos comunicamos, convivimos y nos relacionamos. Es innegable mencionar que han significado un cambio en la forma en que concebimos nuestras vidas, en la mayoría de casos, con repercusiones positivas. Pero ¿qué engloba este concepto y cómo podemos definirlo? Las también conocidas como Tecnologías de la Información y la Comunicación son un tipo de herramientas enfocadas a facilitar y mejorar la calidad de vida de las personas a través de las ventajas que nos proporcionan dichas tecnologías. Sin duda, y si tenemos que resaltar una de ellas, esta es la llegada de internet, que ha supuesto una verdadera revolución y ha dado un giro inesperado a la forma de vivir en sociedad.

Desde productos de belleza o de cuidado facial hasta utensilios de trabajo y de formación, todos los sectores se han visto influenciados de una forma u otra.  Atrás quedaron las consultas en libros y enciclopedias, porque definitivamente internet ha llegado para quedarse. En definitiva, todo este entorno digital nacido a partir de los avances científicos en ámbitos de la informática y la comunicación ha revolucionado la vida de todos y cada uno de nosotros.

Si bien es cierto que este fenómeno ha sido recibido con los brazos abiertos por toda la población, uno de los colectivos que más se ha beneficiados ha sido el de las personas con diversidad funcional, donde se incluyen los individuos con síndrome de Down. Se trata de un apoyo y una ayuda para afrontar las dificultades que pueden llegar a experimentar en diferentes aspectos, tanto aquellos relacionados con la formación como otros más enfocados a las relaciones sociales. En este sentido, las tecnologías se han convertido en buenos aliados y han supuesto una bocanada de aire fresco a su día a día.

¿Cómo benefician las TICS a las personas con síndrome de Down?

  • Además de hacer más accesible la información y potenciar las capacidades de las personas, han ayudado a que, en muchos casos, las limitaciones se reduzcan al mínimo. Esto se puede ver representado, por ejemplo, en el ámbito laboral, ya que, al hacer puestos de empleo más accesibles, sus posibilidades de trabajo se amplían.
  • Las TICs han demostrado ser esenciales para el aprendizaje y la inclusión social de las personas con síndrome de Down. No solo aumenta la capacidad de aprendizaje, sino que también mejora la capacidad de almacenamiento y de procesamiento de la información.
  • Incrementa la memoria visual, uno de los fuertes de estos individuos. En la mayoría de los elementos tecnológicos es común encontrar imágenes, lo que facilita un aprendizaje más rápido y de mayor calidad.
  • Permiten una mayor sociabilización: las redes sociales juegan un papel fundamental, ya que está visto y comprobado que son una opción de socialización que se suma a otras convencionales usadas hasta su llegada. Si nos centramos en el caso de las personas con síndrome de Down, su uso puede beneficiarles, ya que favorece en gran medida su integración y la apertura al mundo.
  • En estos tiempos que nos toca vivir, la facilidad para comunicarnos que nos ha dado esta herramienta ha sido bastante útil para ellos, ya que ha facilitado su comunicación con seres queridos y amigos, ayudando a paliar el impacto que supone un confinamiento domiciliario.
  • Desde nuestro punto de vista como entidad, valoramos sin duda el auge de las TICs como recurso y herramienta en distintas iniciativas de formación, ya que hemos podido comprobar claramente como favorecen la autonomía y la confianza en sí mismos. Experiencias con el uso de herramientas como Classroom han facilitado que las personas con síndrome de Down hayan podido organizar su trabajo de manera autónoma, permitiendo ademas una autogestión de las distintas actividades en base a su programación.

En definitiva, las TICs pueden ayudar para muchos de los problemas y dificultades por las que pueden pasar las personas con síndrome de Down. Pero no podemos cerrar este artículo sin destacar que el uso de las herramientas TICa por sí solas no obtiene resultados positivos, más allá de la diversión, si no se acompaña de una metodología adecuada. Por ello, es fundamental una compenetración entre ambos aspectos para garantizar un correcto uso y, por ende, un rendimiento positivo.